El Diccionario de la Real Academia Española
define la palabra argumentar como aducir, alegar o dar argumentos. La
argumentación consiste en presentar la veracidad de una opinión o una idea
mediante razonamientos. Esa opinión o idea es lo que se conoce como tesis; los
fundamentos o razonamientos que apoyan la idea se les conoce como
razonamientos. Así pues, la argumentación tiene la función de tratar de
persuadir o convencer al interlocutor con respecto a las ideas que se afirman
como verdaderas. El argumento se puede expresar, tanto oral como escrito.
Existen
diferentes formas de argumentación. Algunos de estas son: de causa y efecto, de
causa o argumento de causalidad, de analogía, de datos o estadísticos, entre
otras. Las formas más comunes o más empleadas son: la argumentación deductiva, la
argumentación inductiva y por comparación. Estas formas de argumentos, son las
técnicas que se utilizan para apoyar la tesis.
En resumen,
la argumentación presenta un razonamiento lógico que se manifiesta mediante la
expresión lingüística. Se forma por enunciados que se enlazan entre sí, de tal
forma, que el último de estos, es la conclusión;
resultado de las premisas del argumento. Se puede utilizar en diferentes contextos
para defender una idea o refutar posturas. Es de carácter formal y se
caracteriza por aportar pruebas a través del razonamiento. Utilizar un
vocabulario apropiado, un tono persuasivo y unas estrategias argumentativas
adecuadas son fundamentales para lograr el propósito del texto.
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